Tras  estas cuatro paredes
se
esconde la calle.
Hace
tiempo 
quedó
olvidada, 
y
son pocos, 
los
que la recuerdan.
Los
que salen a ella
se
protegen 
con
pequeños aparatos electrónicos,
para
no olvidar
el
mundo en el que viven,
o
en el que tristemente no quieren vivir.
Ciertamente,
pienso,
que
las maquinas nos controlan
y
absorben nuestro finito tiempo,
nuestra
creatividad,
y,
poco a poco,
nuestros
sueños.
Axel
Marcos.
Un saludo, Axel.
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